
La pera, una fruta rica en vitaminas | Forest and Kim Starr (CC by 2.0, Flickr)
Se trata de una fruta típica del otoño, pero la pera (Pyrus, científicamente hablando) se encuentra en el mercado prácticamente durante todo el año. Sus características organolépticas (color, sabor, textura y forma) dependen de la variedad a la que se haga referencia. La pera puede tener una apariencia semiesférica o semejante a una lágrima y una tonalidad que va desde el verde y el amarillo hasta el marrón o el rojo.
La pera, fuente de vitaminas y también de minerales
Más del 80% de su composición es agua, lo que convierte a la pera en una fruta ligera y baja en calorías (60 calorías cada 100 gramos de pera). Entre los minerales y vitaminas que nos aporta destacan la vitamina C, uno de los mejores antioxidantes que podemos incluir en la dieta, la vitamina B2 o riboflavina, el ácido fólico y el potasio.
La cantidad de vitamina C que concentra la pera no es tan elevada como la que nos ofrecen los cítricos. El ácido fólico, que forma parte de las vitaminas del grupo B, desempeña un papel importante en la producción de glóbulos rojos y en el embarazo, ya que ayuda a prevenir malformaciones congénitas en el feto.
Por otra parte, el potasio interviene en el equilibrio hídrico del organismo y en el impulso nervioso, siendo un elemento clave en la contracción muscular.
Aunque en pequeñas proporciones, la pera también contiene fósforo, calcio, magnesio, manganeso, selenio, zinc, vitamina A y vitamina E.
Muchas propiedades para la salud
La pera es una de las frutas que nos resultan más suculentas y refrescantes, pero rara vez reparamos en los beneficios que reporta su consumo.
Una pera de 150 gramos contiene aproximadamente 90 calorías. Por tanto, constituye un alimento poco energético y apropiado para las dietas de pérdida de peso o adelgazamiento. Por su alto contenido en fibra, genera sensación de saciedad y permite mantener el hambre a raya durante más tiempo.
Dado que su aporte de hidratos de carbono no es muy elevado, la pera se considera adecuada para las personas que padecen diabetes. Posee un suave efecto diurético que hace que esté indicada en caso de hipertensión y retención de líquidos, así como propiedades astringentes que le confieren los taninos.
Aparte de ayudar a mantener estable la glucosa en sangre y a rebajar los niveles de colesterol, la pera tiene un gran poder depurativo y contribuye al cuidado de la salud cardiovascular. En su punto óptimo de madurez, cuando está blanda o tierna, la pera es de fácil digestión y especialmente beneficiosa para quienes sufren de estómago delicado u otros problemas digestivos: gastritis, úlcera, diarrea…
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