
Los videojuegos activos fomentan el ejercicio físico entre los más pequeños | Lester P.
Habitualmente, culpamos a los videojuegos de contribuir a que los peques adquieran hábitos sedentarios temiendo que acaben siendo víctimas de la epidemia de obesidad infantil. Sin embargo, las nuevas tecnologías y los juegos electrónicos también pueden fomentar el ejercicio físico entre los niños. Lo ideal sería que los pequeños jugaran en el parque al salir del cole o que montaran en bici en lugares seguros, algo a lo que no tienen acceso aquellos que viven en zonas marginales o barrios conflictivos.
Aunque los videojuegos no sean equiparables a la actividad física, pueden ser una solución para vencer la inercia del sedentarismo entre los escolares. Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela Universitaria de Salud Pública y Servicios de Salud George Washington, publicado por Games for Health, prueba que los videojuegos activos, o juegos electrónicos que implican movimiento, estimulan a los niños a practicar ejercicio físico.
Para llegar a esta conclusión, compararon el gasto energético de las actividades de educación física y el resultante de jugar a dos videojuegos interactivos de un grupo de 104 niños de edades comprendidas entre los 8 y 14 años. Como cabía esperar, las clases de educación física eran más efectivas para quemar calorías, pero los videojuegos también les motivaron a moverse para cumplir los criterios recomendados.
Nada puede suplir los juegos y el ejercicio al aire libre, pero, bajo estas circunstancias, los videojuegos pueden servir para que los más jóvenes adquieran hábitos saludables y se alejen del sedentarismo. En síntesis, representan una alternativa útil o un complemento a la actividad física que realizan a diario en el centro escolar. Al fin y a cabo, es más cardiosaludable utilizar juegos electrónicos interactivos que permanecer repanchigados en el sofá.
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