
Potaje de garbanzos, una receta saludable y muy nutritiva | Juantiagues (CC by 2.0, Flickr)
No hay nada como un buen potaje para entrar en calor en invierno, durante esos días de frío en los que apetecen más que nunca los platos de cuchara. Volviendo la vista atrás, seguro que recordarás a tu madre o abuela preparando el tradicional potaje de vigilia o los potajes típicos de tu región.
El conjunto de saberes y experiencias culinarias pasan de una generación a otra y nunca se pierden. Aunque luego, claro está, cada uno le dé su toque personal a las recetas familiares. El potaje de garbanzos es el mejor ejemplo de un plato que sobrevive con el paso de los años y que tiene tantas variantes como cocineros.
Ingredientes (para 4 personas)
Hay quien le añade bacalao, acelgas, chorizo, calabaza, langostinos… ¡Cuestión de gustos! Si lo deseas, juega con los ingredientes y crea una receta totalmente a tu gusto.
Preparación
Antes de nada, asegúrate de poner los garbanzos en remojo en agua templada el día anterior.
Comienza preparando el sofrito. Pica la cebolla y los ajos y tritúralos junto al tomate y una pizca de sal. Pon un poco de aceite a calentar en una cazuela y añade la hoja de laurel y la mezcla anterior. Sofríe bien. Añade sal y una cantidad generosa de pimentón dulce al sofrito, aunque va un poco a gustos.
Incorpora las patatas troceadas, los garbanzos escurridos y las hojas de espinaca. Remueve con una cuchara de madera y cubre con agua templada. Rectifica de sal y cocina durante 45 minutos aproximadamente.
Para hacer la picada, cuece el huevo y separa la clara de la yema. Pica las claras y agrégalas al potaje. Coloca la yema en el vaso de la batidora eléctrica y agrega las almendras, un puñado de perejil y un poco de agua. Finalmente, tritura todos los ingredientes y añádelos al potaje de garbanzos y espinacas.
Propiedades saludables
Es difícil concebir un puchero, un potaje o un guiso sin un puñado de garbanzos. Aparte de sabrosos, son altamente nutritivos y saciantes. Aportan sobre todo hidratos de carbono, principal fuente de energía para nuestro organismo. Es la legumbre que más grasas contiene, pero se trata de una grasa saludable, que ayuda a mantener el corazón y las arterias en buen estado.
Gracias a su contenido en fibra, los garbanzos pueden mejorar el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento. La fibra contribuye también a regular los niveles de colesterol y de azúcar en sangre. Para que no resulten indigestos, los garbanzos, como el resto de legumbres, precisan una buena masticación y salivación.
Los garbanzos en conserva nos pueden sacar de un apuro en algún momento puntual, pero suelen llevar mucha sal. Es preferible utilizar garbanzos secos, ya que presentan un escaso contenido en sodio y pueden formar parte de la dieta de personas con hipertensión.
Por otro lado, las espinacas están cargadas de nutrientes y apenas suman calorías. De las humildes patatas podemos decir que son ricas en potasio y que poseen una acción vasodilatadora y diurética beneficiosa para rebajar la tensión arterial. Y no engordan tanto: una patata no tiene más de 110 calorías.
En Muy en forma | Garbanzos con espinacas