
En la bollería industrial abundan las grasas saturadas y el azúcar refinado | Alexis M.
Ponerse a dieta supone un gran esfuerzo, y más cuando intuimos que los primeros rayos de sol están a la vuelta de la esquina. Como cada año, en verano llegará la avalancha de dietas y productos milagros, grandes dosis de ejercicio y diversos trucos de dudosa eficacia para conseguir un cuerpo atlético y definido en poco tiempo. Si te planteas hacer dieta y ponerte a tono para lucir palmito cuando suban las temperaturas, es importante que tengas en cuenta que estamos rodeados de «amistades peligrosas» difíciles de identificar.
Si no andamos con cuidado, los enemigos invisibles de la dieta sana conseguirán echar por tierra todo ese sacrificio. Nos referimos a alimentos que pueden desequilibrar la dieta diaria e incrementar las posibilidades de ganar peso. Cuidando las cantidades que consumimos tendremos media batalla ganada, pero no siempre se consigue controlar el tamaño de las raciones. Veamos, por tanto, cuáles son los alimentos que pueden estropear la dieta.
Los fritos
El problema de estos alimentos es que absorben demasiada grasa cuando se fríen, duplicando o incluso triplicando su contenido calórico. En los bares y locales de comida rápida se utilizan aceites de baja calidad para sucesivas frituras, por lo que además son poco saludables. En caso de consumir alimentos fritos, una o como mucho dos veces por semana, es recomendable elegir un buen aceite y prescindir del pan rallado o la harina.
Refrescos o bebidas azucaradas
Los refrescos y bebidas azucaradas también suman calorías a la dieta. Sin apenas darnos cuenta, podemos tomar entre medio y un litro de refrescos para aplacar la sed y el calor, lo que se traduce en un exceso de azúcar. Es mucho más adecuado beber agua en las comidas y dejar los refrescos y bebidas azucaradas para ocasiones especiales.
Bollería industrial
No nos engañemos. Los dulces caseros también engordan, pero se consideran más saludables desde el punto de vista nutricional. En los bollos, galletas y pasteles que se comercializan en grandes superficies predominan las grasas saturadas o trans y el azúcar refinado. Aunque podemos tomarlos en el desayuno de vez en cuando, hay que evitar que formen parte de la dieta diaria para mantener la línea.
Alcohol
Es el enemigo número uno de las dietas de adelgazamiento y del control del peso corporal. Unas cuantas copas de alcohol aportan todas las calorías que hemos estado evitando al restringir o moderar el consumo de «chuches». El alcohol contiene calorías vacías y evita que el organismo eche mano de las reservas de grasa de las que dispone. El consumo de alcohol no sólo incide sobre el peso corporal, sino que también causa daños irreversibles en nuestro estado de salud.
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Seria también interesante que nos dieran los contenidos nutricionales permisibles de los alimentos envasados.