
La dieta atlántica, una manera sana y equilibrada de alimentarse | MaaGdaa
Hemos hablado en varias ocasiones de los beneficios de la dieta mediterránea, la cual se basa en el consumo de cereales, frutas, verduras y grasas tan saludables como aceite de oliva. Cada vez se le asignan más virtudes a este dieta, dado que numerosos estudios la avalan. Sin embargo, también existen otros patrones de alimentación en nuestro país que se pueden considerar igual de equilibrados y favorables para nuestro organismo.
La dieta atlántica es un buen ejemplo. Es propia de las Islas Canarias y posee algunas semejanzas con la popular dieta mediterránea. Básicamente, propone consumir una mayor cantidad de pescado y no escatimar en frutas, verduras y aceite de oliva. Además de incorporar pescados y mariscos con más abundancia y apostar por platos de cuchara –como los potajes–, existen algunas variaciones con respecto a los tipos de carne y pescados más frecuentes. En este caso se promueve la presencia en los platos de especies autóctonas como la sama roquera o el cherne.
En un menú atlántico no deben faltar las legumbres y los cereales con regularidad. El consumo de pescado se realizaría tres veces por semana, moderando paralelamente la ingesta de carnes rojas. Los productos lácteos también cobran protagonismo y sería aconsejable tomarlos cada día, al igual que los vegetales y las frutas. En cuanto a la forma de preparar los alimentos, se recurre a métodos de cocción saludables. Se trata de evitar los fritos y hacer mayor uso de la plancha u el horno.
La Sociedad Canaria de Cardiología señala que la dieta atlántica ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares, entre otras patologías como la diabetes y el cáncer. Además, poner en práctica las premisas de esta dieta tendría numerosos efectos positivos, contribuiría a reducir el colesterol y los triglicéridos y a regular la hipertensión.
En Muy en forma | La pirámide de la dieta mediterránea se renueva